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10 Consejos para reducir la basura que generamos

Los sistemas de tratamiento de residuos apenas pueden cumplir con los plazos que imponen una sociedad de consumo, que cada día genera una ingente cantidad de basura. El ritmo de producción de residuos por parte de la sociedad es tan acelerado, que supone uno de los problemas ambientales más preocupantes del momento, ya que implica un despilfarro de materias primas y de energía, el agravamiento de la tendencia al cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales.
Así mismo, la cantidad y diversidad de residuos generados en el día a día, conllevan un sobre esfuerzo para los ciudadanos, en forma de impuestos, pues la gestión que estos requieren, es cada vez más compleja.
Así las cosas, no queda otra que reducir el volumen generado, lo cual, entre otros beneficios, evitará llenar los vertederos y la extracción de nuevas materias primas, al tiempo que se reduce el consumo energético y la emisión de gases contaminantes, responsables del calentamiento global.
Por este motivo, nos gustaría aportar nuestro granito de arena a la reducción de residuos, con 10 consejos para la reducción:
1.-  Utiliza bolsas reutilizables.
2.- Coloca distintivos en el buzón de ¡Publicidad No, Gracias!
3.- Exprime al máximo el contenido de cualquier producto.
4.- Compra a granel o en formato familiar.
5.-  Prioriza los productos ecológicos o biodegradables.
6.-  Minimiza el uso de impresiones, a favor del correo electrónico.
7.- Evita el consumo de agua embotellada.
8.-  Genera compost.
9.- Prioriza los productos reutilizables, como las pilas recargables.

10.-  Repara o restaura en la medida de lo posible. 

Día Mundial del Reciclaje

No hay rincón en el mundo donde no podamos encontrar basura, por lo que no es de extrañar que el  17 de Mayo se celebre en todo el Mundo el Día Mundial del Reciclaje. Una fecha que tiene como objetivo el señalar las malas prácticas en materia de residuos y animarnos a adoptar una conducta ecológica más sólida que nos permita una reducción de los efectos del cambio climático.
Así pues, conviene tener presente algunos aspectos claves en esta materia, empezando por el concepto en sí. Reciclar no es más que una acción que permite recuperar las materias primas de los productos desechados para elaborar productos nuevos. Por así decirlo, en clave nemotécnica, es RE de repetir y CICLAR de ciclo, repetir el ciclo, una y otra vez. Consumir y desechar sin necesidad de recurrir a la naturaleza para obtener nuevas materias primas.
Pero…¿por qué ese interés en los últimos tiempos en reciclar? Sencillamente porque la cantidad de basura que generamos cada día crece de forma desproporcionada desde el pasado siglo. Sin ir más lejos, en el año 2012 se generaron más de 1.300 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y se estima que para 2025 se estarán produciendo 2.200 millones de toneladas al año.
Este es pues un problema de gran envergadura que se materializa en aspectos como agotamiento de los recursos naturales, contaminación o falta de espacio para acoger vertederos.  Un problema que no tiene otra solución que la de reducir el volumen de desechos, mediante las tres R´s (Reducir, Reutilizar y Reciclar).
Actualmente, es posible reducir el volumen de basura reduciendo por ejemplo los embalajes o adquiriendo productos cuya fabricación reduzca al máximo el impacto en el medio ambiente. E incluso las nuevas tendencias en moda apuestan por reutilizar y recuperar tejidos. Pero pese a todos los esfuerzos, es imposible no generar residuos, siendo nuestra última oportunidad el darles un tratamiento adecuado.
Para ello, conviene ser lo más selectivos posibles, y diferenciar los distintos materiales, ya que si bien todos son susceptibles de ser reciclados, no todos lo son en las mismas condiciones, por ejemplo algunos materiales como el vidrio y el acero, pueden reciclarse infinitamente. Otros como el papel o el cartón, unas diez veces.
De esta manera, al tiempo que reducimos la acumulación de la basura en los vertederos, ahorramos recursos naturales, como la energía o el agua. En el caso del vidrio, su reciclaje ahorra un 33% de energía, en comparación con la fabricación de un vidrio nuevo.
Y sí, todo es reciclable, por insólito que nos pueda parecer todo producto puede tener una segunda vida, incluso los excrementos de animales, que no solo son esenciales para obtener abono de calidad, sino que pueden generar biogás para producir electricidad.
Si bien los residuos industriales pueden ser los más peligrosos, hay que tener en cuenta que son los hogares los mayores productores, y por tanto el punto desde donde deben partir las iniciativas para la separación y reciclaje de residuos.
Para ello, es importante dominar al menos los siguientes contenedores:
CONTENEDOR AMARILLO: en él deberás depositar SÓLO envases de plástico (botellas de refrescos, de agua mineral, de detergentes, de suavizantes, bolsas de comercios, bandejas de corcho blanco, tarrinas de yogur…), envases metálicos (latas y botes de refrescos, de cerveza, de conservas, bandejas de aluminio…) y envases tipo brik (de leche, zumos, sopas…, y de otros alimentos como azucar, legumbres…).
CONTENEDOR VERDE: este contenedor está destinado solo a envases de vidrio (botellas de vino, de cava, licores, etc., frascos de perfumes y tarros de vidrio para conservas, mermeladas...).
CONTENEDOR AZUL: deposita aquí los envases de cartón bien plegados (todo tipo de cajas de cartón, como  de  cereales del desayuno, de galletas, de zapatos, de comidas precocinadas congeladas, bolsas de papel...) y el papel de envolver, hojas, periódicos, revistas, cuadernos…

Así que ya lo sabes, el próximo 17 de Mayo, es un excelente día para ir un poco más allá y ampliar nuestras fronteras del reciclaje.

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