Las deposiciones de los animales domésticos en la calle, se han convertido en uno de los principales problemas de convivencia y civismo de las ciudades.
Es por ello, que hemos pensado que un cuento puede ayudar a los más pequeños a instar a los padres a recoger las cacas que se "olvidan" en las calles.
EL ASOMBROSO MUNDO DE LOS REGALITOS DE PERRO
El verano pasado, en un pueblo muy muy lejano, paso algo sorprendente. Luisito y su perro Toby, estaban disfrutando de un maravilloso día, jugando con la pelota en el parque, cuando de repente…Toby se encogió e hizo POPO.
Luisito miró a otro lado y siguió jugando, hasta que de pronto se escucho un zumbido. Era Ronaldo, el escarabajo pelotero que mejor regateaba del mundo.
Ronaldo se poso sobre una flor, y dijo:
- Luisito, ¿por qué has dejado ese regalito de perro sobre la acera?¿No sabes que los regalitos de perros son para sus amos?
- ¿Regalitoooo? ¿Qué clase de regalito es ese? Dijo Luisito.
- A lo que Ronaldo respondió, claro que es un regalo. Hazme caso, nosotros los escarabajos, nos llamamos así, porque siempre estamos mirando hacia abajo, al suelo, buscando regalitos de perro, porque son algo muy valioso.
- A ver Luisito, dime ¿cuál es tu regalo favorito?
- Esta pelota que tengo en las manos, dijo Luisito.
- A lo que Ronaldo respondió: Ves… para nosotros, los POPO que hacen los perros, se convierten en pelotas. Nos encanta correr por el campo, regateando con las pelotas que hacemos y metiéndolas en cualquier agujero en la tierra como si fuesen porterías.
Así que Luisito, se agacho, miró de cerca el regalito que le había dejado su perro y con una cara muy rara, no sabemos si por el olor o por la curiosidad, pregunto:
- ¿Pero Ronaldo, que tengo que hacer para que sea un regalito?
- Muy sencillo Luisito, tú solo piensa en tu cumple o en los Reyes Magos, ¿a qué siempre te traen los regalos envueltos en papel de regalo? Dijo Ronaldo
- Sí, claro que sí, contestó Luisito.
- Pues tan solo tienes que hacer eso, coger los regalitos y envolverlos con una bolsa para echarlos en el contenedor. Porque si los dejas sobre la acera, alguien podría pisarlos, se espachurrarían, y toda la magia que esconden se perdería.
- Y si hago eso, ¿cuál será mi regalo? Preguntó Luisito.
- No será un regalo, serán un montón de regalos, porque si tiras las cacas de perro en un contenedor, tendrás un parque limpio en el que jugar. ¿Aún quieres más regalos, Luisito?
- Sí, quiero más, respondió Luisito.
- Muy bien, pues si tiras las cacas de perro en el contenedor, tendrás un montón de vecinos contentos, y todos podrán salir a jugar contigo, porque ya no estarán en sus casas limpiando sus zapatos por pisar las caquitas de perro. ¿Qué Luisito, aún quieres más regalos?
- Claro que sí, respondió Luisito.
- Te acuerdas de los pajes reales, que ayudan a los Reyes Magos con los regalos, sí?. Pues nosotros, los escarabajos peloteros, somos los pajes de los regalitos de perro. Cuando todo el mundo tira las caquitas de sus perros en los contenedores, nosotros, las llevamos a un campo que tenemos, y las convertimos en abono. El abono es el alimento de las plantas y los árboles, así que si lo piensas bien, un regalito de perro, es una hermosa flor, o un árbol que da sombra, o una riquísima mandarina o…un millón de cosas, dijo Ronaldo.
- Increíble, jamás hubiera creído que recoger las caquitas de perro fuese algo tan importante, dijo Luisito.
- Claro que sí. Has oído alguna vez, eso de que las caquitas de perro traen buena suerte.
- Sí, respondió Luisito.
- Pues es cierto, si las echas en el contenedor traen buena suerte, pero si las dejas en el suelo y alguien las pisas, lo único que traen… es mal olor. Así que ya lo sabes Luisito, nunca hay que dejar las caquitas de perro sobre la acera.
- Así lo hare, respondió Luisito.
Luisito, cogió una bolsita de plástico que le había dado Ronaldo, envolvió su regalito, y tras echarlo en el contenedor, se preparó para chutar y marcarle un gol a su amigo Ronaldo, ahora que el parque volvía a estar limpio.
Y Colorín, colorado, espero que nadie un regalito de perro haya… pisado.
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