No hay rincón en el mundo donde no podamos
encontrar basura, por lo que no es de extrañar que el 17 de Mayo se celebre en todo el Mundo el Día
Mundial del Reciclaje. Una fecha que tiene como objetivo el señalar las malas
prácticas en materia de residuos y animarnos a adoptar una conducta ecológica
más sólida que nos permita una reducción de los efectos del cambio climático.
Así pues, conviene tener presente algunos
aspectos claves en esta materia, empezando por el concepto en sí. Reciclar no
es más que una acción que permite recuperar las materias primas de los
productos desechados para elaborar productos nuevos. Por así decirlo, en clave
nemotécnica, es RE de repetir y CICLAR de ciclo, repetir el ciclo, una y otra
vez. Consumir y desechar sin necesidad de recurrir a la naturaleza para obtener
nuevas materias primas.
Pero…¿por qué ese interés en los últimos tiempos en
reciclar? Sencillamente porque la cantidad de basura que generamos cada día
crece de forma desproporcionada desde el pasado siglo. Sin ir más lejos, en el año 2012 se generaron más de 1.300 millones de toneladas de
residuos sólidos urbanos y se estima que para 2025 se estarán produciendo 2.200
millones de toneladas al año.
Este es pues un problema de gran envergadura
que se materializa en aspectos como agotamiento de los recursos naturales,
contaminación o falta de espacio para acoger vertederos. Un problema que no tiene otra solución que la
de reducir el volumen de desechos, mediante las tres R´s (Reducir, Reutilizar y
Reciclar).
Actualmente, es posible reducir el volumen de basura
reduciendo por ejemplo los embalajes o adquiriendo productos cuya fabricación
reduzca al máximo el impacto en el medio ambiente. E incluso las nuevas
tendencias en moda apuestan por reutilizar y recuperar tejidos. Pero pese a
todos los esfuerzos, es imposible no generar residuos, siendo nuestra última
oportunidad el darles un tratamiento adecuado.
Para ello, conviene ser lo más selectivos posibles, y
diferenciar los distintos materiales, ya que si bien todos son susceptibles de
ser reciclados, no todos lo son en las mismas condiciones, por ejemplo algunos
materiales como el vidrio y el acero, pueden reciclarse infinitamente. Otros
como el papel o el cartón, unas diez veces.
De esta manera, al tiempo que reducimos la acumulación de
la basura en los vertederos, ahorramos recursos naturales, como la energía o el
agua. En el caso del vidrio, su reciclaje ahorra un 33% de energía, en
comparación con la fabricación de un vidrio nuevo.
Y sí, todo es reciclable, por insólito que nos pueda
parecer todo producto puede tener una segunda vida, incluso los excrementos de
animales, que no solo son esenciales para obtener abono de calidad, sino que
pueden generar biogás para producir electricidad.
Si bien los residuos industriales pueden ser los más
peligrosos, hay que tener en cuenta que son los hogares los mayores
productores, y por tanto el punto desde donde deben partir las iniciativas para
la separación y reciclaje de residuos.
Para ello, es importante dominar al menos los siguientes
contenedores:
CONTENEDOR
AMARILLO: en él deberás depositar SÓLO envases de plástico (botellas de refrescos,
de agua mineral, de detergentes, de suavizantes, bolsas de comercios,
bandejas de corcho blanco, tarrinas de yogur…), envases metálicos (latas y botes de refrescos,
de cerveza, de conservas, bandejas de aluminio…) y envases tipo brik (de leche, zumos, sopas…, y
de otros alimentos como azucar, legumbres…).
CONTENEDOR VERDE: este contenedor está destinado solo a envases de vidrio (botellas de vino, de cava,
licores, etc., frascos de perfumes y tarros de vidrio para conservas,
mermeladas...).
CONTENEDOR AZUL: deposita aquí los envases de
cartón bien plegados (todo tipo de cajas de cartón,
como de
cereales del desayuno, de galletas, de zapatos, de comidas precocinadas
congeladas, bolsas de papel...) y el papel de
envolver, hojas, periódicos, revistas, cuadernos…
Así que ya lo sabes, el próximo 17 de Mayo, es un
excelente día para ir un poco más allá y ampliar nuestras fronteras del
reciclaje.